Comentario
Según la tradición, reproducida y fomentada de manera constante por el espíritu patriótico ateniense, Teseo era al mismo tiempo el fundador de la democracia y el creador del sinecismo. La primera atribución se debía a la concepción desarrollada a partir del gobierno de los tiranos y la instauración de la democracia, según la cual la disyuntiva básica en el vocabulario político era la existente entre el poder personal y el poder colectivo. Lo que la tradición atribuía realmente a Teseo era la difuminación del poder entre las familias aristocráticas y la desaparición de la primitiva monarquía. Ésta, la basileia, consistía en la concentración del poder en manos de un solo gobernante, perteneciente a una de las familias aristocráticas, en torno al que, según Tucídides, los atenienses anteriores a Teseo sólo se agrupaban cuando había algún peligro exterior. Se trataba de una monarquía militar capaz de agrupar a las poblaciones en torno a sí por sistemas próximos a los descritos en los poemas homéricos.
Entre las varias tradiciones referentes a la realeza ática, la más destacada es la que incluye a Cécrope, fundador del matrimonio con el fin de acabar con la promiscuidad. En su tiempo tuvo lugar la disputa entre Poseidón y Atenea por el patronato del Ática y el triunfo de la última gracias al voto de las mujeres. La irritación del primero hizo que para aplacarlo los atenienses privaran del voto a las mujeres y establecieran la filiación patrilineal. A esta época se atribuían, pues, las primeras pautas de una organización estatal.
Otro episodio de interés es el que habla del combate entre Erecteo y Eumulpo por la realeza, indicativo de la rivalidad entre las grandes familias, capaces de acceder a la basileia, antepasados de Erecteidas y Eumólpidas, representativos de los cultos de la Acrópolis y de Eleusis, respectivamente. Se señala también con ello la dualidad guerrera y sacerdotal de la antigua realeza. Arqueológicamente, el episodio se relaciona con los restos micénicos de la Acrópolis y del santuario eleusino de Deméter. El templo de Erecteo será un venerable testimonio de las raíces autóctonas de los atenienses, que consideraban que en su historia no había solución de continuidad desde los tiempos más primitivos.